Degustación y calidad
El aceite de oliva puede considerarse como un producto natural; un verdadero "zumo de frutas" frente a la inmensa mayoría de aceites vegetales, que se extraen de semillas oleaginosas molidas y que por tanto requieren la ayuda de disolventes.
Un aceite de oliva de calidad será un zumo oleoso obtenido de aceitunas en perfectas condiciones de madurez, procedentes de un olivo sano, habiéndose obtenido el aceite sobre un fruto fresco y evitando toda manipulación o tratamiento que altere la naturaleza química de sus componentes, tanto durante su extracción como en el transcurso de su almacenamiento.
Es importante distinguir entre "variedades de aceite" y "calidad del aceite". Dos familias diferentes de olivos dan lugar a variedades distintas de aceites de oliva, cada uno con un color, olor y sabor diversos, y sin embargo ambos pueden tener la misma calidad. Esta última dependerá de una combinación de factores, como las condiciones climatológicas, el tipo de suelo, los cuidados en el proceso de elaboración, el almacenamiento, etc.)
Para definir la calidad de un aceite se utilizan, entre otros, los siguientes criterios:
- Parámetros químicos
- Grado de acidez (cantidad de ácidos grasos libres expresados en ácido oleico): Es consecuencia, entre otros, del mal estado de los frutos, mal tratamiento o mala conservación. El grado de acidez de un aceite NO TIENE RELACIÓN CON SU SABOR.
- Índice de peróxidos: Determinan la oxidación inicial del aceite y el deterioro que pueden haber sufrido los antioxidantes naturales como los tocoferoles y polifenoles.
- Absorbancia de ultravioleta: Se utiliza para detectar los componentes anormales de un aceite.
- Análisis sensorial
- Características organolépticas (sensaciones detectables por los sentidos, fundamentalmente relacionadas con el olor y sabor). Son definidas por expertos a través de una cata.
Cada tipo de árbol, por zona de producción, tiene una variedad diferente de fruto y por tanto produce un aceite con características químicas y organolépticas diferentes. A su vez, y dentro de una misma variedad, se producen diversos aceites en función de factores como el microclima, tipo de suelo, altitud...
La degustación se convierte así en algo necesario para apreciar el carácter y la personalidad de un aceite de oliva. En ella se advierte el aroma y sabor característicos de cada aceite. Es importante hacer notar que EL COLOR NO REFLEJA LA CALIDAD, motivo por el cual los catadores profesionales utilizan un vaso de vidrio de color azul oscuro para no dejarse influir por la tonalidad.
El aroma de un aceite de oliva se aprecia calentando ligeramente el vaso y aspirando varias veces sus efluvios para compararlos con olores vegetales (hierbas, frutas, etc). En cuanto al gusto, unas gotas bastan para sentir la dulzura del aceite. El sabor ácido se detecta hacia el centro de la lengua y en contacto con el paladar. Es al final de la boca donde se revelan el amargor o el picante. Por regla general, la persona que degusta vierte el aceite en la extremidad de la lengua y después, mediante pequeñas aspiraciones sucesivas, lo desliza sobre el conjunto del paladar y de ahí hacia la garganta.
Entre los atributos que pueden definir a un aceite, se encuentran, como ejemplo:
- Almendrado: Puede darse en dos aspectos: el típico de la almendra fresca o el propio de la almendra seca y sana. Se aprecia como un regusto cuando el aceite permanece en contacto con la lengua o el paladar, y se asocia a los aceites dulces y de olor apagado.
- Amargo: Sabor característico del aceite obtenido de aceitunas verdes; puede ser más o menos agradable según su intensidad.
- Apagado: Atributo ni negativo ni positivo de un aceite cuyas características organolépticas son muy tenues, debido a la pérdida de sus componentes aromáticos.
- Dulce: Sabor suave y agradable de un aceite que, sin ser precisamente azucarado, no predominan en él los atributos amargo, astringente y picante.
- Frutado: Recuerda el olor y gusto del fruto sano, fresco y recogido en el punto óptimo de maduración.
- Frutado maduro: Evoca al aceite de oliva obtenido de frutos maduros generalmente de olor apagado y sabor dulce.
- Hierba: Olor y sabor característicos de algunos aceites que recuerdan a la hierba cortada.
- Hojas verdes: Olor y sabor del aceite obtenido de aceitunas excesivamente verdes o que se han molido mezcladas con hojas y tallos.
- Manzana: Olor y sabor del aceite de oliva que recuerda a dicho fruto.